Grupo Cápac, institución bonaerense de pasado paramilitar ligada a la seguridad privada, en connivencia con el Gobierno peronista de Héctor Reyes.
Los miembros del grupo Cápac son demonios de kevlar con botas de hierro. Entre ellos se hacen llamar Magistrados, pero no son más que exploradores venidos de algún lugar incierto. Tienen un tentáculo membranoso que les sale a la altura del pecho, de un esfínter carnoso en el hemisferio opuesto al corazón.
Cápac compró al Ejército Argentino, corrupto hasta la médula, con la excusa de favorecerlo con el desarrollo científico del estudio de las huellas y de las umbras. Con esas esperanzas logró meterse al Ejército Argentino en el bolsillo.
Gracias a la experimentación que hicieron con las huellas, desarrollaron un esquema de neuroproyección de ondas vibracionales. Utilizaban a las huellas, ondas pulsátiles de energía, como amplificadores y repetidores de señal, pero, de momento, aún están en las etapas iniciales de la investigación.
Cerca del respiradero de Schultze pueden verse camiones militares con insignias de las Fuerzas Armadas Argentinas y barracones con el logo de Cápac en el zinc de los techos curvos.
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