Arcadio

En vida fue un hombre de Dios. Un pobre sacerdote de pueblo, sin más formación que un puñado de conocimientos, y que se hizo misionero en San Pedro de Sula, Honduras. Ahora pastorea jaurías de condenados en las mansiones subterráneas. Viste una túnica blanca, sucia hasta lo indecible, de capucha enorme. Sus ojos asoman entreSigue leyendo «Arcadio»

Condenados de las Mansiones subterráneas

Los condenados de las Mansiones subterráneas son las entidades inferiores que pueblan ese plano de la Parroquia. Espíritus miserables condenados por su propia idiotez. Los condenados tienen espaldas encorvadas y brazos simiescos. Sus ojos lechosos relumbran de hambre y de frío. Son como bultos reptantes que escrutan y se agazapan detrás de las columnas deSigue leyendo «Condenados de las Mansiones subterráneas»

El Vicario

El Vicario sostiene las puertas de la Parroquia desde antes que se elevara al cielo la primera plegaria. Es el registrador del Pergamino de los Nombres y guardián de los accesos por la superficie al corazón de la Parroquia. Parece humano, antropomórfico. Su cabeza es desproporcionadamente grande y ancha, coronada por un gorro cónico deSigue leyendo «El Vicario»

El Ayante

El Ayante es un ser colosal. Un hijo bastardo del mismísimo Cavador. Se calcula que su estatura, con la espalda erguida, es de unos veinte metros más o menos. Todo en él sugiere desmesura: su cabeza es ciclópea, sus brazos colosales y sus manos rematan en unos dedos con la brutalidad de un vagón deSigue leyendo «El Ayante»

El Arriero

El Arriero quizá sea la primera entidad con la que se encuentran muchos nuevos condenados al llegar a las proximidades de la Parroquia. Desde el pescante, inclinado sobre sus rodillas, gobierna una descomunal carreta llena de cadáveres amortajados y apilados. El arriero conduce con asfixiante lentitud entre los cenagales fangosos de los Reinos fronterizos deSigue leyendo «El Arriero»

Octavio, el Peregrino

El nombre real del Peregrino es Octavio Nunier. Cuando estaba vivo era un hombrecillo depauperado por angustias inenarrables. Ahora es el pastor del mismísimo Cavador. Era un hombre de edad media, flaco, pelirrojo y de hirsuta barba erizada. Se casó con una bella mujer llamada Adriana y fruto de ese amor nació su hija Claudia.Sigue leyendo «Octavio, el Peregrino»

Cárcel de Pademba

También conocida como Pademba Road, es la Prisión Central de Freetown, en Sierra Leona. Una porqueriza donde malviven los presos. Se convirtió en la primera gran brecha de la Parroquia en la Tierra viviente cuando un Serafín, en un ataque feroz, voló el techo de las mansiones subterráneas de una embestida. El impacto del golpeSigue leyendo «Cárcel de Pademba»

Desembocadura del Cavador

La desembocadura del Cavador es la madre de todas las convergencias. Está gruta inmensa está más allá de todos los más allá, en las profundidades invisibles, allí donde chocan los reinos, donde las matemáticas se descomponen en símbolos sin significado. Quizás entre las estrellas… Quizás en la frontera de la Creación con la Nada. EsSigue leyendo «Desembocadura del Cavador»

Lugar de la Matanza

El lugar de la Matanza es donde se mantiene distraídos a los Serafines mientras la Parroquia confunde al Cavador. Para conseguirlo una marea de condenados es lanzada una y otra vez a su aniquilación. El único objetivo es distraer y retener levemente a los Serafines mientras la Parroquia encuentra una manera de escabullirse de suSigue leyendo «Lugar de la Matanza»

Mansiones subterráneas

Las mansiones subterráneas se extienden, arbitrarias, a lo largo y ancho de una lobreguez cuajada de columnas, en las entrañas de la Parroquia. Es una planicie de adoquines cuyos límites desaparecen en horizontes de oscuridad y silencio, y una humedad cenagosa satura el olfato. El techo bajo, apenas dos palmos por encima de la estaturaSigue leyendo «Mansiones subterráneas»