El Vicario

El Vicario sostiene las puertas de la Parroquia desde antes que se elevara al cielo la primera plegaria. Es el registrador del Pergamino de los Nombres y guardián de los accesos por la superficie al corazón de la Parroquia.

Parece humano, antropomórfico. Su cabeza es desproporcionadamente grande y ancha, coronada por un gorro cónico de tela raída y descolorida. Su cuerpo es apenas el de un niño. Tiene una barba canosa que le cuelga en una maraña deshilachada que le tapa las rodillas. Sus dientes aserrados y sus enormes ojos, muertos e inexpresivos, delatan su auténtica naturaleza.

Es un regente de la Parroquia. Uno de los lores que organizan sus dominios siempre en guerra con los demás jerarcas. Su poder emana de la misma Parroquia, y mientras esta exista él no podrá desaparecer. Es una bestia tan densa que parece atraer cualquier forma de energía en su dirección.

Su misión es la de escribir los nombres de los nuevos condenados en el Libro de los Nombres, para que la Parroquia los reclame.

Durante la guerra que libró contra el Aherrojado, explicada en el Manuscrito de las Blasfemias, migró a los mataderos de Asia menor, convertido en una gigantesca bestia reptante. De su cuerpo vermiforme y evanescente emanaba una fuerza inconmensurable. El firmamento se traslucía a través de él y era como si él mismo portara en sus entrañas un cosmos de nebulosas, estrellas y galaxias, como si en su interior se escondiera un portal a otro universo. Para demostrar el alcance de su influencia, apresó a un joven Toro de Acre, y en lugar de matarlo, le enseñó los secretos del universo. Quería torturar su mente, enloquecerlo. No intuía, ni remotamente, en lo que lo estaba convirtiendo.

Ahora, el Vicario, es el dueño del mayor portal a la Parroquia abierto en la Tierra de los vivos. Después de engañar a los Hermanos Vindicadores para que dispararan a los Serafines con sus cañones de plasma, consiguió que la realidad de la Parroquia eclosionara en la Estación Atlante. Ha convertido ese páramo helado en su nuevo reino. Y tiene nuevos banderizos para su ejército.

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